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El proceso de reconstrucción de Puerto Rico va transformando todos los rincones de la Isla. Han sido muchas las historias y los retos de miles de puertorriqueños afectados por las secuelas de ese evento natural catastrófico que nos marcó y nos dejó con daños sin precedentes, el huracán María

El esfuerzo de reconstrucción del país sigue en marcha; ya es visible y ha rendido frutos. Hoy, miles de familias se dirigen hacia la estabilidad y la resiliencia gracias a los fondos de recuperación y mitigación asignados por el gobierno federal a Puerto Rico y que administra el Departamento de la Vivienda.

En un mundo donde las catástrofes naturales hacen portada a diario, mantener una vivienda segura continúa siendo un reto, particularmente entre las personas más vulnerables. Tal es el caso de doña Lidia Rivera, de 89 años, residente de Carolina.

En casa de doña Lidia hoy se respira aires de paz. Luego del paso del huracán María, doña Lidia solicitó ayuda al Programa R3 para reconstruir su hogar, pues tuvo daños significativos en la estructura de la casa original que era de madera. Ella pertenece al grupo de participantes prioritarios pues, por sus circunstancias, el programa la cobija al ser persona de edad avanzada, con discapacidades, ingresos bajos o moderados y con daños significativos en la vivienda luego del fenómeno. “Yo estoy más que agradecida, ahora vivo tranquila y con un techo seguro”, dice doña Lidia desde la sala de su nueva casa, con la templanza de quien ha superado grandes obstáculos en la vida y con el semblante que tienen todas las madres luchadoras, jefas de familia.

El programa R3 o Programa de Reparación, Reconstrucción o Reubicación es subvencionado con fondos asignados por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos (HUD, por sus siglas en inglés) y provee asistencia para la reparación o reconstrucción de viviendas unifamiliares que fueron afectadas por los huracanes Irma y/o María en el 2017. El programa comenzó en julio de 2019 y cuenta con una asignación total de $3,400 millones para proyectos de reparación, reubicación o reconstrucción de viviendas. Desde sus inicios, ha atendido unos 15,419 casos. Actualmente, ya se han completado 13,667 de los casos elegibles y al momento hay 922 proyectos de vivienda en construcción y 588 casos en proceso de construcción.

Pero los casos no son números, son historias y son las vidas de personas reales. Doña Blanca Rivera de Bayamón, fue afectada por la fuerza del huracán María cuando dos árboles gigantes de mangó y un árbol de pana cayeron sobre su casa de cemento dejándola con filtraciones y problemas eléctricos. “La casa se volvió insegura, tenía miedo de que el techo me colapsara encima por completo. No tenía 95% de electricidad y las extensiones eléctricas corrían por toda la casa. En verdad, era un peligro vivirla”. Al igual que doña Lida, doña Blanca también se benefició del programa R3 y luego, ambas cualificaron también para recibir un sistema de energía renovable y cisterna, bajo el programa CEWRI.

El programa CEWRI o Programa de Instalaciones Comunitarias para la Resiliencia Energética y el Abastecimiento de Agua provee para la instalación de sistemas fotovoltaicos con baterías y sistemas de almacenamiento de agua a una porción de los participantes del programa R3, con el fin de prepararlos para ser aún más resilientes en caso de un evento catastrófico futuro. El programa inició en diciembre de 2021 y cuenta con una asignación de fondos de $325 millones. Al momento, se han atendido 5,196 solicitudes, se han realizado 3,301 visitas de evaluación de elegibilidad para la preinstalación de equipos y unas 2,291 instalaciones ya han sido realizadas.

Por otro lado, Vangie Betancourt, residente en Santurce, puede dar fe de la fuerza y la confianza que da volver a sentirse segura en el hogar. Luego del huracán María, la casa ancestral de su familia se destruyó por completo. “La casa original en madera fue la casa que construyó mi papá con sus propias manos. Era una casa típica preciosa, con patio interior, pero el huracán se la llevó completa. Aquí pasamos el huracán cobijados en el baño. Fue una experiencia bien terrible”, rememoró.

Hoy, Vangie puede recordar con fortaleza lo ocurrido, no sin antes reconocer que ha sido bendecida. Ella, al igual que otras miles jefas de familia, inició el proceso de reconstrucción con mucha esperanza. Lleva un año y medio viviendo en su nueva casa de cemento con sistema solar y cisterna, pues también cualificó para recibir la ayuda de ambos programas. “El programa R3 me apoyó durante el proceso porque pude comprobar la titularidad. Luego, me informaron que cualificaba para las placas solares y la cisterna. Ahora tengo mejor calidad de vida y puedo ayudar a mi comunidad. Yo espero gozar de los años que me quedan viviendo en esta casa, en el mismo lugar donde vivieron mis antepasados. Decir que estoy agradecida, es poco”, concluyó.

Luego de aquella terrible temporada de huracanes del 2017, miles de familias puertorriqueñas se van recuperando en franca mejoría. A seis años del huracán María, continuamos transformado a Puerto Rico con fuerza y empeño, para lograr la resiliencia de las comunidades, proteger a las familias y a las personas más vulnerables, y para estar mejor preparados y fortalecidos ante la posibilidad de futuros desastres naturales.