Cuando el huracán María azotó, ya en el corazón y centro de Puerto Rico pulsaba la semilla del servicio y la recuperación, avivada por el férreo compromiso de las Hermanas Salesianas del Centro ALESPI con su comunidad.

Descubre cómo se benefició ALESPI de los fondos de recuperación

El Centro María Mazzarello ALESPI en Orocovis es una institución sin fines de lucro, establecida en 1987, para el desarrollo integral de la niñez y juventud de la montaña. El centro opera desde la filosofía de mantener a los niños, jóvenes y familias participantes en un ambiente donde prevalezca la alegría, el estudio y los valores -mediante actividades académicas, deportivas, lúdicas y comunitarias- con énfasis en el apoyo y el servicio a los demás.

Albergue del Centro María Mazzarello ALESPI

La Escuela San Juan Bautista también es parte del Centro María Mazzarello ALESPI, y durante la emergencia del huracán María, brindaron apoyo a sobre 200 niños y sus familias desde el comedor escolar.

“Nosotros en el centro abrimos rápido luego del impacto del huracán María”, narra Sor Araceli Reyes, directora del Centro ALESPI. “Estábamos incomunicados porque la carretera #155 no tenía acceso. Así que buscamos comida y abrimos las puertas a todas las familias de Orocovis. Queríamos impactar a la comunidad y ayudar a las familias en emergencia… Mientras papá iba a buscar gasolina, aquí había comida. Pero, también nos dimos cuenta de que, varios estudiantes habían perdido sus casas y muchos otros ya vivían en hogares con alguna inseguridad económica, emocional o social”, explica.

Por eso, cuando conocieron sobre el Programa de Vivienda de Interés Social (SIH), de los fondos de recuperación CDBG-DR que administra el Departamento de la Vivienda, decidieron solicitar la asistencia para construir un albergue para los niños y jóvenes talentosos que viven en situaciones de vulnerabilidad, tanto de Orocovis como de otros municipios adyacentes.

Este portal se actualiza diariamente de forma automática.

El Programa de Vivienda de Interés Social (SIH) abrió el proceso de solicitudes en abril 2020. “Cuando solicitamos no teníamos experiencia sometiendo este tipo de propuesta y no sabíamos si nos iban a aprobar el proyecto, pero dijimos, ¡vamos a intentarlo!, y cuando nos llamaron y nos dijeron que sí, ¡eso fue una alegría tremenda!”, narra Sor Araceli con gran júbilo.

El Albergue ALESPI, recientemente inaugurado, brindará vivienda transitoria y un espacio seguro y de apoyo para los niños y jóvenes becados con aptitudes académicas o deportivas excepcionales, pero que requieren de un hospedaje por situaciones familiares o de vivienda particulares. El nuevo albergue cuenta con 24 camas, baños, áreas sociales, cafetería, espacios para estudiar y un sistema de energía renovable con placas solares y baterías para cubrir las necesidades energéticas de sus participantes y de la comunidad.

“Nuestro compromiso como organización es crear un ambiente positivo para promover el deporte, las artes y las ciencias; ofrecer experiencias educativas y recreativas para que los niños, niñas y los jóvenes ocupen productivamente su tiempo libre y desarrollen todo su potencial de manera integral. Les bridamos las herramientas para enfrentar las situaciones difíciles, tener pensamiento crítico, solucionar problemas y así lograr el éxito futuro. Buscamos atender las diferentes formas de pobreza, especialmente entre los jóvenes en alto riesgo, para prevenir la deserción escolar, la violencia, el abuso de substancias o cualquier otra forma de abuso juvenil “, explica Sor Araceli.

El Centro ALESPI también recibe, luego del horario escolar, a niños de otras instituciones académicas pues ofrecen tutorías, actividades deportivas, clases de música, danza, arte, valores y cursos vocacionales en agricultura, que impactan positivamente tanto a los participantes como a sus comunidades.

“Han sido años bien complejos. Luego del huracán María buscamos recursos para ayudar a reconstruir unos 11 hogares de la comunidad, y a finales de enero 2020 ya en la escuela estábamos listos para la virtualidad debido a la pandemia”, recuerda Sor Araceli. El centro, dice, se preparó con antelación para ofrecer educación a distancia a los estudiantes de la Escuela San Juan Bautista y ofrecieron servicio de Internet a los niños de otras escuelas cercanas a la comunidad, que no contaban con el servicio en sus casas, para que también pudieran conectarse y asistir a clases.

El albergue, es el primer proyecto de nueva construcción de vivienda en completarse exitosamente como parte del Programa de Vivienda de Interés Social (SIH). “Esto es un logro muy grande para nosotros y va a ser de gran utilidad para la comunidad”, dice por su parte Sor María Ofelia, administradora del Centro ALESPI. “Nosotros contamos con un plan de emergencia completo para atender las necesidades de los estudiantes, el personal, los padres y la comunidad, porque nuestro valor principal es prepararnos para estar listos y servir”, culmina afirmando Sor Araceli.