Todos, en algún momento, hemos sentido el dolor de una pérdida. Como dice el refrán, ese ‘perro’ nos ha mordido, al menos, una vez. Unos han perdido el trabajo, otros la pareja, muchos hijos a un padre, algunos padres a un hijo, un niño ha llorado por su juguete y hasta las mascotas han sentido la pérdida cuando los alejan de su dueño. Pero Marcos Vélez y Yaidy Marrero perdieron su hogar.
Con lágrimas en sus ojos, Marcos y Yaidy me contaron que tras regresar a su casa luego del embate del huracán María, vieron su vivienda ahogada en fango. Las incesantes lluvias y los enfurecidos vientos de aquel inolvidable 17 de septiembre de 2017 fueron los artífices de aquella ‘obra maestra’ de la naturaleza, que dejó desvanecidos los esfuerzos y el sacrificio que conlleva levantar un hogar.
Puedo imaginar la angustia que vivió esta pareja durante esas primeras 72 horas cuya misión se redujo a sacar de la casa toneladas de fango, agua sucia, insectos y animales muertos, además de los escombros que una vez se llamaron muebles. Esta familia lo perdió todo.
Un año sin el servicio de energía eléctrica los graduó con honores del curso de Sobrevivencia 101. Para “bajarle dos” a la ansiedad que producen escenarios como éste y la incertidumbre de cómo volver a empezar, Marcos y Yaidy se aferraron a un pequeño radio de baterías que les ayudaba a mantenerse informados y a conciliar el sueño también. Fue a través de ese mismo medio de comunicación que su pérdida se convirtió en ganancia.
Un anuncio de los fondos CDBG-DR y el programa R3 les devolvió la esperanza. Aquel importante anuncio despertó su ilusión, los motivó a completar la solicitud y, finalmente, recibieron la ayuda. Hoy esta pareja celebra, no su casa nueva, sino un hogar seguro. Una vivienda resiliente, diseñada para enfrentar cualquier desastre natural, construida con materiales de calidad y con los estándares que establece la ley, así como con la capacidad de mitigar el riesgo que traen consigo eventos atmosféricos como los vividos durante María.
Actualmente, el programa R3 ha beneficiado a 3,585 familias a través de la reparación y reconstrucción de hogares, así como de la entrega de vales de reubicación. Este incentivo federal, que asignó a Puerto Rico poco más de $2.9 billones, busca garantizar un hogar seguro, en lugares no peligrosos, a familias afectadas por los huracanes Irma y María en ánimo de lograr un Puerto Rico más resiliente a desastres naturales.
Cuando fuimos a entregarle la llave de su hogar seguro a la familia Vélez Marrero, la naturaleza volvió a manifestarse y creó una nueva ‘obra maestra’ para los ojos de esta humilde pareja. El cielo se vistió de azul, el sol se mantuvo radiante, los árboles agitaban sus ramas, las flores perfumaban su alrededor y hasta los gallos cantaron; todos como un símbolo de celebración
Ahora, en su casita en una lomita del Barrio Palo Hincado de Barranquitas, los padres de Christian, Yaidymar y Coralys, podrán disfrutar de un hogar hermoso y sin miedo a futuros desafíos meteorológicos.
El programa R3, no solo repara, reconstruye o reubica. R3 regala sueños, seguridad y progreso. Marcos y Yaidy jamás imaginaron tener un hogar como el que disfrutan hoy día. Como todo proceso, su hogar no se construyó de un día para el otro. Sin embargo, el techo de estos barranquiteños no los cobijará por unos días sino para siempre.