Motivada por su hija y el amor por las mascotas, particularmente a los caninos, Michelle Santiago Claudio se inspiró a comenzar su camino empresarial. Bone-a-Pet-Eat Pastry & Café es el primer restaurante, cafetería y repostería para mascotas y sus humanos, un concepto totalmente novel en Puerto Rico, ubicado en el sector Coto Laurel en Ponce.

Michelle nos cuenta cómo surgió su negocio

“Todo comenzó con mi hija. Ella tiene un negocio de grooming y necesitaba galletitas para perros, pero no podía ser cualquier galleta, porque los perros no pueden comer azúcar ni sal. Fue entonces que me di a la tarea de desarrollar una idea más amplia para desarrollar un concepto más completo”, explicó Michelle sobre los orígenes del negocio. “Además, también queríamos ofrecer algo más que un lugar “pet-friendly”, queríamos crear un lugar donde todos, humanos y mascotas, pudieran comer y celebrar la vida juntos”, señaló.

Michelle explica que, el nombre Bone-a-Pet-Eat es un juego de palabras que en español significa “mascota come hueso”, pero que también significa “buen provecho”, una frase que utilizamos mucho los puertorriqueños al momento de comer. Una vez pensada la idea de negocio, Michelle comenzó a educarse sobre el tema. “Tomé muchos cursos y leí en cantidad sobre las necesidades nutricionales de los perros”, recuerda. “Aprendí sobre la comida seca, cocida, cómo deshidratar alimentos y cuáles son los requisitos alimenticios adecuados para ellos”.

Michelle Santiago Claudio propietaria de Bone-a-Pet-Eat Pastry & Café junto a sus mascotas

El restaurante comenzó a operar oficialmente el 10 de julio de 2022. Para llevar la idea de negocio a un próximo nivel, Michelle tomó los cursos del Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas que ofrece Ponce Neighborhood Housing Services, entidad subrecipiente de los fondos de recuperación CDBG-DR que administra el Departamento de la Vivienda. “A veces las personas no saben todo lo que conlleva tener un negocio, hay que educarse, también hay que trabajar mucho y hay mucho esfuerzo de por medio”, agregó.

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Sobre su experiencia en el taller dice, aprendió sobre manejo de inventario, conceptos de mercadeo y contabilidad, manejo de redes sociales, desarrollo de marcas y mentoría en recursos humanos. Gracias a la capacitación recibida, obtuvo el impulso necesario para tener mejor dominio y conocimiento sobre el manejo y administración del negocio.

Bone-a-Pet-Eat Pastry & Café tiene un menú divertido, que fue pensado tomando en cuenta las necesidades nutricionales de los peludos, como les llama Michelle, y claro está, también hay un menú para los humanos. “Aquí no decimos que somos “pet-friendly”, en realidad somos “human-friendly”, porque aquí lo primero son las mascotas”. El menú diseñado cuenta con “woofles”, “pawquesadillas”, burritos, “pawmelletes”, “petzzas”, “bowls” y “woofburgers”, así como deliciosas versiones de bebidas y postres aptos para el paladar canino. Además, en el local se celebran cumpleaños para mascotas y ofrecen bizcochos especialmente confeccionados para ellos.

Michelle explica en qué consiste el menú de Bone-a-Pet-Eat Pastry & Café

Ahora, el negocio se ha expandido y cuenta además con dos marcas. La primera marca lleva el nombre del negocio, Bone-a-Pet-Eat, una línea de alimentos deshidratados para perros que consta de galletitas con sabor a pollo, tocineta, coco, calabaza, carne de res y salmón, entre otros sabores; “jerkies” de pollo, sardinas y cerdo; y ‘sazonadores’ de pollo y Omega-3 para resaltar el sabor de la comida seca y hacerla más atractiva para los peludos cuando se ponen difíciles para comer su comida. También cuentan con paquetes de deliciosas patas de gallina, pescuezos de pavo y orejas deshidratadas de conejo y cerdo, para consentir el paladar canino. La segunda marca que han desarrollado es Bien Perris, una línea de ropa, accesorios y artículos de cumpleaños, para celebrar a las mascotas en su día.

“Cuando mi hija emprendió, yo la ayudé y cuando yo emprendí, ella me ayudó. De mí ella heredó el carácter de no rendirse y luchar para salir adelante. Yo soy terapista del habla de profesión, pero esta oportunidad de emprender ha sido de bendición para ambas. Colaborar con mi hija es bien bonito y nos apoyamos siempre, muchas veces en el área emocional”, declara Michelle sobre el proceso de emprender juntas. En el futuro, Michelle busca combinar sus pasiones y paralelo a su negocio, ofrecer terapias del habla con perritos a pacientes con autismo, déficit de atención y desordenes del habla, para ofrecer una oportunidad a niños con necesidades especiales.

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